Estrés y ansiedad en el trabajo
Ahora trabajo en una buena empresa y en un fantástico equipo donde disfruto plenamente de mis ocho horas de trabajo, pero este tema de estrés y ansiedad en el trabajo se convirtió en una pasión y después de una larga investigación y de entrevistar a un gran número de personas de diferentes orígenes dedico un capítulo al respecto en mi libro. Una amiga me dice “Ya no tolero mi trabajo, quiero salir”, en el pasado yo también lo sufrí... ¿Pero por qué las personas a pesar de sentirse agotadas e infelices en sus puestos de trabajos todavía continúan en ellos?
Pasamos muchas horas trabajando, de hecho gran parte de nuestro tiempo de vigilia durante el día pasamos en una oficina. Nuestro tiempo allí necesita ser agradable, incluso alegre y divertido, porque un ambiente tóxico afecta nuestra salud muy rápido.
Ahora existe una nueva disciplina médica llamada Epigenética, que mira cómo nuestro ambiente puede provocar algunas enfermedades. Lo más importante es que nuestro trabajo es en muchos casos la raíz de nuestra ansiedad o depresión... ¿pero por qué?
Podría deberse a un mal manager, un compañero de trabajo complicado, un subordinado difícil, clientes que gritan o incluso procesos caóticos que no se resuelven, pero la realidad es que cuando algo nos fastidia en el trabajo no dejamos de pensar en ello cuando vamos a casa. Las empresas por encima de cierto tamaño ya no operan a escala humana, y los seres humanos dentro de ellas no son seres humanos, sino unidades de producción, no forman parte de una tribu, no se espera que “sientan” o “piensen” fuera de los requisitos del trabajo . Incluso la jerga de negocio como "trae tus ideas" todavía requiere que uno sea una neurona en el cerebro de la máquina. No, como a muchos les encantaría hacer, saltar fuera de esa caja y correr libres. En muchas ciudades, si se observan los edificios que albergan a las hormigas trabajadoras, se ve claramente que la eficiencia que los impulsa no es exactamente el bienestar del trabajador. No hay vistas, no hay ventanas abiertas, no hay centros. En Estados Unidos, un blog en el Huffington Post informaba que el 62% de los estadounidenses eran infelices en sus puestos de trabajo. Algo debe estar mal cuando hay tanto malestar social, pero ¿puede arreglarse? Mitch Ditkoff, el consultor de gestión que escribe el artículo piensa que sí. Él recomienda por ejemplo entornos colaborativos en lugar de entornos competitivos, el respeto mutuo y la comunicación cara a cara en lugar de comunicaciones por correo electrónico, lo cual, cuando lo analizamos, no es diferente a cómo los vecinos evitaban interminables disputas en el pasado. El alto nivel de ansiedad y depresión en el ambiente de trabajo de hoy está presionando para un nuevo paradigma. Poco a poco cada vez hay más personas hablando de la necesidad de humanizar nuestros puestos laborales y de hacer del ambiente de trabajo la correcta "ecología" para los seres humanos. Simon Sinek, un experto en buen liderazgo, dice que los directivos y los jefes no están en la cima, en algún lugar del techo, pero en el piso. Son el cimiento que proporciona seguridad a los empleados. Son los que deben crear confianza, seguridad y orientación, que es el núcleo del liderazgo. "…Pero si sólo estoy haciendo mi trabajo" Algunas superiores utilizan esta excusa para justificar conductas inaceptables y actúan como el líder religioso que utiliza a Dios para justificar un comportamiento inapropiado con el prójimo o el policía que le dispara a un ciudadano desarmado. Debemos aceptar el costo de nuestras acciones y reconocer que cada mal paso que efectuamos tendrá un efecto adverso, no sólo con los clientes, sino también con los colegas. Si sales impune de una mala acción, no significa que no afecte en otro sitio y es lo que ocurre cuando alguien superior transfiere responsabilidades a alguien que se encuentra más abajo en el escalafón. Reed Hasting, el CEO de Netflic habla de los "idiotas de alto rendimiento", aquellas personas que tienen conexiones en los lugares adecuados y empujan a los mejores talentos a salir. Dice que "algunas empresas los toleran, pero para nosotros el costo para el trabajo en equipo es demasiado alto". Cuando las empresas no actúan a tiempo, refuerzan y validan malos comportamientos que a largo plazo crean un ambiente tóxico para muchos otros, porque crea temor y desconfianza, son sentimientos negativos de los cuales no brotan cosas positivas. Por supuesto, si usted planta malas hierbas no irá a cosechar fresas. Hoy en día hablamos mucho sobre liderazgo, pero necesitamos tener una discusión seria sobre el liderazgo BUENO, porque estamos claramente en déficit en ello. Alguien que se convierte en un gerente, no se convierte en un buen líder automáticamente, éstos necesitan prepararse y ese entrenamiento no toma sólo dos semanas sino que es continuo, necesitan asumir el compromiso de ser buen líder. Brene Brown, una gran escritora estadounidense habla en su libro "El Poder de la Vulnerabilidad" sobre la vergüenza y el miedo. Ella explica cómo esas dos emociones pueden crear vulnerabilidad en cada ser humano y algunas personas se aprovechan de ello. Muchos gerentes operan dentro del área conflicto / temor. Algunos gobiernan conociendo las debilidades de la gente, humillando o avergonzando a la gente, pero eso necesita ser corregido inmediatamente por la compañía. Es muy difícil tener innovación en este tipo de ambiente porque obviamente todo el mundo tiene miedo de presentar ideas y exponerse a las balas. Al leer a esta gran investigadora y autora aprendí que todos somos vulnerables, sin distinción. Somos vulnerables cuando somos pobres, pero también cuando nos hacemos ricos, cuando tenemos una mala reputación, pero también cuando tenemos prestigio, cuando confiamos ... cuando manejamos nuestro coche o cuando estamos de pie en la vereda. No podemos controlar muchos eventos, todos somos igualmente vulnerables. El estrés y la ansiedad en el trabajo pueden llevar a la gente a la desesperación y a la depresión, porque tenemos que trabajar, todos tenemos cuentas para pagar y podemos sentirnos atrapados. Esto aumenta nuestra vulnerabilidad y puede llevarnos a tolerar situaciones malas o injustas, pero las empresas necesitan asegurarse de que sus empleados tengan la ecología correcta para trabajar y sentirse bien y prosperar. Tener un buen ambiente de trabajo es un derecho humano. Las empresas necesitan crear un ambiente donde la gente pueda hablar sobre dificultades y complicaciones sin sentirse vulnerables. Eso en sí mismo puede reducir el chisme y los rumores que son grandes desestabilizadores. Deberían monitorear el comportamiento de los gerentes en todos los niveles, y entrevistar a los empleados sobre por qué están saliendo de la empresa. Deben capacitar a todos los gerentes en habilidades humanas, enseñarles a escuchar, motivar, crear confianza e impulsar un ambiente de colaboración y asegurarse de que el personal superior sea responsable por sus acciones, tanto como alguien que trabaja en la recepción.
Al final la vulnerabilidad y la empatía están ahí para ayudarnos a la adaptación social y para identificar quién es inadecuado o con un carácter disfuncional que podría crear miedo y ansiedad en otros y destruir equipos de trabajo.