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Cuando te sientes pequeño para hacer algo.

Hoy hace dos años tuve la idea de escribir mi experiencia con una enfermedad que a muchas personas les avergonzaba. Hablé con mis amigos más cercanos que me dijeron “¡Sí, que gran idea!”, pero lo tomaron como uno de los sueños que hablaba en vos alta, me miraban con cierta incredulidad algunos.

Comencé mis primeras páginas, escribía en la redes sociales ciertas historias para vencer mi timidez de expresar mis emociones en público y así fui entrenándome para escribir.

Empecé a buscar otros libros, investigaciones y bases científicas para verificar lo que estaba diciendo y una página me llevó a la siguiente historia.

En el camino escuché historias de otras personas que tuvieron que superar grandes dificultades y acudí a ellas para saber si estarían dispuestos a compartirlas.

El proceso de escribirlo me tomó un año y no tenía idea de cómo escribir un libro, organizarlo, editarlo, el diseño, fotografía, estilo de redacción, concordancia, correcciones. Hay en verdad una gran labor detrás de cada libro.

Fui entrevistando a personas de varias culturas, agregando otras vivencias y en el camino fui misteriosamente encontrando a personas que me ayudarían en mi proyecto.

Uno de ellos fue Azucena, la mujer que me preparó la plataforma global que le da una extraordinaria visibilidad a mi material.

Yo acababa de dejar un empleo en el que duré casi cinco años y estaba desempleada. Me llamaron para una entrevista de una oficina a la cual no envié mi curriculum. Lo mismo le pasó a ella. Se presentaron varios candidatos y cada uno fue agrupado en dos para ir a observar cómo se efectuaba el trabajo. A mí me agruparon con Azucena, aunque bien podía haber ido con cualquiera de los otros 6 candidatos.

Fuimos al lugar y una vez allí empezamos a hablar y me contó que era de Cadiz España y había venido a Reino Unido a buscar nuevas oportunidades por la crisis que se vive en España. Mientras conversábamos, mirábamos el trabajo y las dos nos dijimos que no nos gustaba y no lo tomaríamos.

Allí Azucena me dio su tarjeta personal y me dijo que hacia websites y social media “por placer” y yo le conté que estaba escribiendo un libro aunque no vi ningún link entre lo que yo estaba haciendo y lo que ella hacía, pero me dijo que si algún día quería publicitar mi libro debía llamarla, aunque no estaba segura si se quedaría en Reino Unido o no, y de hecho ella hoy vive en Irlanda, pero aquel día el destino nos unió por algunas horas y eso fue suficiente.

¿Qué diferencia existe entre mi caso y cualquiera de las otras personas que tienen un deseo para hacer algo?

Honestamente ninguno, sólo que yo me atreví a hacerlo, y eso es todo. Y lo hice en una etapa en la que estaba desempleada y sin dinero. Sin embargo, las personas fueron cayendo luego como rompecabezas para ayudarme.

Ese es el mundo invisible que no vemos, en el cual no creemos, el mundo de los sueños. Ese universo que se alinea y las cosas empiezan a ocurrir.

Cuando sales del cerebro racional y sigues a tu corazón, que te dicta para hacer algo, es una vos inaudible, pero te habla con mucha claridad en la cabeza, una corazonada muy intensa que todos tenemos y casi todos lo ignoramos. A veces, esa corazonada puede ser tu misión en la vida.

A veces te dice: “cambia este empleo” y no lo cambias. O te dice: “sal de esta relación” y no sales, o te dice: “toma ese viaje” y no lo tomas.

Mi historia es larga, porque luego le conocí al fotógrafo, al diseñador gráfico, al dueño de un estudio de grabaciones, al dibujante, al traductor y tantas otras personas maravillosas que fueron contribuyendo en mi proyecto.

En algún punto necesité más recursos económicos para continuar, porque se necesita dinero para todo esto. Mentiría si dijera que todos trabajan gratis, no, eso no existe. Uno debe prepararse con los recursos económicos para invertir y me tomé un trabajo lejos de casa para cubrir varios gastos.

Trabajé por casi ocho meses desde las 4am hasta las 9 de la noche para lograr lo que tenía planificado, 4 horas trabajaba en mi libro y el resto en mi empleo. Simon, mi marido me ayudó mucho con mi hija en este periodo, porque la ayuda y el soporte de tu pareja es vital.

Mi medio ambiente cambió, me rodee de personas que me daban fuerzas, confianza, energía positiva cuando lo necesitaba, hasta ayuda espiritual, porque cuando vas por lo que quieres necesitas trabajarlo por mucho tiempo, ser constante, pero los momentos de duda aparecen, vuelve esa vocecita que te dice, “no puedes hacerlo”, “tonta qué estás haciendo!” y hasta te habla en sueños.

Otra gran lección fue darme cuenta que muchas personas que pensé que me ayudarían, desaparecieron en el camino. Acepté eso y continúe mi camino con la confianza de que encontraría otras más adelante y así fue.

Cuando vas por tus sueños, vas perdiendo contacto con algunos amigos, sobre todo aquellos que no se atreven a ir por sus proyectos, y ven en ti algo que no quieren ver. Pero no es maldad, es simplemente que prefieren quedarse en su zona de confort y piensan que se puede vivir sólo con un empleo estable de 8 a 5. Tú debes seguir adelante, pero esto fue otra lección para mí, a veces dolorosa.

Como no soy doctora, muchas veces dudé si alguien leería mi historia como paciente, además de mis amigos y familiares. Irónicamente mi primera lectora fue una doctora que estaba atravesando depresión posparto. Es que en la depresión perdemos nuestra capacidad cognitiva y perdemos confianza. Muchos médicos no pueden reconocer abiertamente que estan deprimidos, porque son obviamente quienes nos guian en nuestra salud y bienestar, pero sus extenuantes horas de trabajo acaban con cualquiera.

Hoy mi libro está impreso en dos idiomas, y está disponible en 3 formatos, es guía para aquellos que están en momentos de oscuridad, pero también guía a los familiares que no saben qué hacer.

Un lector inglés me escribió un mensaje hermoso en mi website y le pregunté si podía compartirlo y me dió su aprobación. Su mensaje me dejó muy conmovida y entendí porqué esa voz inaudible era tan fuerte en mi. Este hombre al que le llamaré Mark me dice: "Es muy claro que usted ha hecho un montón de investigaciones - creo que esto da credibilidad desde el principio. Muchos libros sobre este tema parecen basados en creencias, el suyo no es definitivamente uno de ellos. Me costó un poco con las partes que han sugerido un pensamiento positivo, pero creo que puede ser mi depresión haciendo su trabajo, pero ciertamente no estoy en desacuerdo con nada de lo que he leído hasta ahora. Estoy muy impresionado con su apertura. La parte donde describe el episodio con su hijo fue extremadamente valiente - ponerlo en palabras e imprimirlo, y luego compartirlo públicamente - estoy casi sin palabras. Es raro, como todos saben, que la gente hable sobre las experiencias que lo han deprimido o que de otro modo le ha afectado mentalmente. Compartiendo este episodio con otros, es probable que les ayude a pensar que no están solos - que las cosas malas pueden suceder y le suceden a los demás también, y no son sólo ellos en aislamiento teniendo un mal momento. Esto también puede ayudar a disipar la sensación de que "nadie entiende cómo me siento". Debe haber sido increíblemente difícil escribir esa parte, y estoy profundamente impresionado por el hecho de que lo ha hecho. Lo leí mientras estaba reparando el auto ... y empecé a llorar en medio de un garaje en Burton-on-Trent en público, lo que ciertamente hizo que una o dos personas se vieran. Otra parte que me afectó bastante profundamente, es uno donde usted describe " el querer no existir". Nunca, en los 35 años de mi depresión, he oído a alguien más usando esas palabras aparte de mí mismo. Indica exactamente lo que he dicho anteriormente sobre la credibilidad y reducir el aislamiento. En un mundo donde parece que es casi una moda ser bipolar (así es como lo veo - un montón de celebridades y otros quieren una excusa para sus peculiaridades), para ver realmente que hay alguien que ha pasado por esto es bastante refrescante - lo siento si esto parece un poco cínico, pero es mi experiencia.

Fue un hermoso mensaje para mi y no puedo evitar sonreír cuando veo que alguien ha comprado el libro en Estocolmo, en Sidney o en San Francisco, porque soy un ser humano y lo que me pasa a mi, le pasa también a otros. Pero tengo en verdad el privilegio de poder ayudar a alguien y en el trayecto naturalmente también ganar dinero y es un bono doble, porque me da plenitud y de eso se trata esta vida.

Les puedo decir, hay mucho más en esta vida que un empleo de 8 a 5, que un estudio que va de una fase a otra y se vuelve interminable, para luego volverte empleado nuevamente.

Se sale de los quebrantos financieros, de los problemas de salud, de las malas relaciones, de los problemas laborales. Hay algo extraordinario y se llama “sigue tu corazonada”, “sigue tus sueños”, “persigue tus ideales”. Ese mundo invisible existe, descubre tu talento y has de ello tu medio de vida, si es posible ahora, si no, prepárate para que en dos o tres años puedas intentarlo y la gente irá apareciendo.

Ahora tengo más libertad para emprender nuevos proyectos, para ir a caminar a las diez de la mañana, si quiero, tomarme un café en cualquier lugar a las dos de la tarde, si quiero, y es posible simplemente porque hace dos años decidí escribir una historia sobre estrés, ansiedad y depresión.

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