La vida después del suicidio de un familiar o amigo
Existen diferentes tipos de duelos dependiendo del tipo de muerte que el familiar haya transitado. A veces se trata del shock de una muerte súbita, un accidente, el deceso luego de una enfermedad prolongada, o un suicidio.
Este es un tema tan sensitivo que espero poder abordarlo con el respeto que se merece, el cómo apoyar a los familiares de alguien que ha cometido suicidio.
Así como el iris del ojo es único para cada persona, así es también el proceso de duelo. Cada uno tiene una manera diferente de procesarlo en su sistema.
Cuando sabes que alguien ha muerto debido a circunstancias relacionadas con el suicidio, nunca sabes cómo abordar a los familiares, te puedes sentir hasta perdido e inseguro sobre qué decir y si la víctima era también un familiar o un amigo cercano, estás en tu propio proceso de shock y duelo.
Por otro lado, tal vez los familiares ya estaban pasando por momentos difíciles antes del suicidio y aquella muerte ya estaba casi predicha para ellos. Otras veces llega de manera inesperada y con un total impacto para todos.
Pero algo muy íntimo que siempre experimentan los sobrevivientes de la tragedia, es que se sienten juzgados, no saben si la gente está de su parte o no. También pueden estar sintiéndose culpables, diciéndose a sí mismos que debieron haber hecho esto o aquello.
Angélica, un familiar que ha experimentado esta tragedia me dice: “Me preguntan todo el tiempo…”¿Cómo estás?”...Esta pregunta es casi imposible de responder para mi, porque quien se quitó la vida era mi madre. Me siento culpable si respondo “Estoy bien”. Mis emociones son tan variadas y cambiantes en mí en este momento. Siento enojo, o estoy a la defensiva, siento depresión, ansiedad, desespero, aprensión, miedo, culpa. Experimento reacciones físicas, me siento rechazada, culpada. Despierto a la media noche y no lo puedo creer, siento shock, luego tristeza, vergüenza, estigma. Últimamente también tengo pensamientos suicidas, quiero estar de nuevo con ella, me siento inmensamente sola. Me pregunto todo el tiempo ¿Por qué lo hizo? Tengo fantasías de que llego 5 minutos antes y la salvo. Lloro con ira, a veces con profunda tristeza y otras veces con desesperación, y lo peor, debo continuar viviendo en la casa donde ocurrió todo, porque es nuestra casa. Paso por ese rincón que me lo recuerda todo el tiempo.”
Este tipo de experiencia deja una marca indeleble para el resto de la vida. ¿Les parece que hace falta agregarle una pregunta más a tanta tragedia?
Para estos casos, NO preguntes, sólo limítate a estar presente, a preparar una bebida fresca o té o café y sostenerles la mano, eso es muy gesto muy simple y muy poderoso a la vez.
Puedes escucharles, caminar con ellos en silencio o también invitarles a ir al doctor si notas algo preocupante, pero tu compañía es la mejor medicina, el hacerles saber que tú estás ahí, porque stas personas están en carne viva y es muy probable que lidien con problemas en su salud mental ellos mismos posteriormente, como depresión o estrés postraumático.
Sobre la Autora: Doraliz Aranda escribe desde Derby-Inglaterra. Ella escribe sobre salud mental y emocional en la vida y en el trabajo. Su audiolibro "La Llave para salir de tu prisión mental de estrés, ansiedad o depresión", podría darte las claves para una saludable vida mental y emocional . Visita www.doralizaranda.com