Cómo superar las crisis de pánico efectivamente y sentirse bien de nuevo. (Parte 3)
¡Terror! …¡Pánicooooooo!!!!
Las personas que padecemos de ansiedad y que hemos experimentado los ataques de pánico conocemos el miedo intenso que se puede padecer y lo aterradora que resulta esta experiencia. Por eso desarrollamos miedo al miedo, miedo a otra crisis de pánico, miedo a otro miedo intenso.
Esto hace que estemos monitoreando las sensaciones de nuestro cuerpo constantemente y las malinterpretemos, distorsionando nuestra interocepción.
La interocepción, es como un radar interno que se activa y monitorea nuestras funciones internas, actúa como un termómetro. Los neurocientíficos lo llaman el sexto sentido.
La interocepción es una de las funciones de la ínsula, otra parte del cerebro emocional. Su función es la de vigilar si tenemos sed, picor, hambre, calor o frio, dolor, entre otras cosas, algo que en las personas ansiosas tiende a distorcionarse volviéndose hipersensitiva. Por eso estamos en constante alerta.
En primer lugar hay que entender que las crisis de pánico no es peligrosa. El miedo produce una respuesta fisiológica, es decir, nuestro cuerpo reacciona a lo que la amígdala le ordena.
Pero el cuerpo está preparado para lidiar con ellas ya que es un mecanismo de protección natural contra el peligro. Si no tuvieras esta alarma interna, no le tendrías miedo al fuego, o a las aguas profundas, y eso puede en verdad resultar peligroso para ti. Los humanos necesitamos de mecanismos de alerta.
Con sólo saber esto te puedes amigar con este sistema de alarma de tu cerebro, y te pone en ventaja para perderles miedo.
Segundo, una crisis de pánico es breve, no puede durar más de pocos minutos, a lo mucho 2 minutos. Es falso que uno pueda sufrirlos por horas, porque el cuerpo no funciona así.
Tú no puedes correr una maratón para siempre sin descansar, de la misma manera tu organismo no puede producir las hormonas de estrés que alimentan al pánico “para siempre”.
Repito, el cuerpo no funciona así.
Tu organismo no puede producir indefinidamente adrenalina y noradrenalina ya que esta función del cuerpo está diseñada para algo puntual, darte la energía suficiente para combatir o salir corriendo, huir.
Además, luego de algunos minutos tu lóbulo frontal del cerebro (que es donde reflexionamos y nos auto-regulamos) percibirá de que el peligro no existe o se ha ido, que todo está bien.
Tu cortex frontal te ayudará a volver al equilibrio enviando una señal para activar a tu sistema parasimpático que es la que nos relaja. O sea que en unos 2 minutos tu crisis de pánico habrá pasado.
Al experimentarlo sé que esos 2 minutos parecieran durar una eternidad por la sensación de muerte, palpitaciones, sudoración fría, temblores, respiración acelerada y también esa horrible sensación de ahogamiento. Pareciera que el tiempo y el mundo se detuvieran por la intensidad terrorífica de la experiencia, nos coloca por completo en el presente, y allí es cuando puedes activar tu lobulo prefrontal a través de tu raciocinio para desactivar la alarma, diciéndote, "es un alarma natural de mi cuerpo, no es peligroso"
En el siguiente post llamado “Cómo superar los ataques de pánico efectivamente y sentirse bien de nuevo. (Parte 4)” te voy explicando todo lo que tu sicólogo debería de explicarte paso a paso para recuperarte de estos desórdenes de la mente.
Sobre la Autora: Doraliz Aranda es una Consejera Psicológica calificada, escribe desde Derby Inglaterra. Este es un extracto de su audiolibro “La Llave para salir de tu prisión mental de estrés, ansiedad o depresión" (escrito desde la perspectiva de una paciente recuperada)", para ayudarte a gestionar mejor tu salud mental en momentos de crisis e incertidumbre.
El audiolibro lo encuentras sólo en Audible.com
Doraliz también ofrece terapia presencial y online, visita www.doralizaranda.com