Cuando el cuerpo nos habla
Llevo una semana con una gripe muy fuerte y me he quedado en casa reposando. Había trabajado mucho los meses anteriores, desde principios de Junio llevo saturada.
Tal vez la gripe es una manera de mi cuerpo de decirme “basta, descansa”.
Es que el cuerpo habla, te manda mensajes, latidos acelerados del corazón, alergias, respiración superficial, dolor de cabeza, o una gripe que te tumba.
En ese proceso he estado reviendo archivos, escuchando entrevistas y me topé con una efectuada en el 2016 a una psiquiatra que había conocido en el 2014, durante mis periodos reiterativos de internación.
Ella me había dicho algo que en el momento me produjo una reacción muy incómoda, porque estábamos conversando sobre la muerte de mi hijo en el 2009, y me dijo: “Creo que tal vez tú te habías quedado con depresión y no te diste cuenta”.
Abrí grande los ojos al escuchar semejante cosa y me dije a mí misma, “¿pero cómo no me voy a dar cuenta de algo como eso?!”, me pareció absurdo, un disparate de comentario.
O tal vez me hizo mirar un espejo muy doloroso de mirar.
La vida también da golpes muy fuertes, de los que cuesta recuperarse, o fallas en dimensionar correctamente el impacto que ha tenido.
Ahora que entiendo mejor sobre salud mental, entendiendo que no todas las depresiones son severas, comienzan por leves y moderadas, donde cuesta más detectarlas, están bien disfrazadas sentándose cómodamente en tu vida, y van otorgando tenues matices de gris.
Tenía 30 años cuando murió mi hijo, hasta los 34 años mi vida transcurrió sin grandes sobresaltos, no tenía metas definidas, ambiciones, proyectos, mis días eran iguales, sin brillo, asistía como siempre a mi mismo empleo, uno que no me brindaba grandes alegrías, pero era dinero seguro a fin de mes, era fácil hacerlo, y me acomodé.
La depresión a veces se aúna con nuestra vida y no la notamos cuando pensamos que la vida adulta es así, sin novedades, sin un norte, y la vivimos con apatía, no quieres irte al trabajo pero te vas igual, porque es lo que hay.
Los fines de semana te abandonas a mirar un film tras otro (binge-watching), o te abandonas al buen comer (binge-eating), o vas de fiesta a beber demás con amigos (binge-drinking), que son todos síntomas de que algo no marcha bien, tienen sus apodos en inglés porque creo que de este lado se los ve más como problemas, formas de enmascarar lo que sea que no nos gusta.
Pasas a vivir en un teatro lleno de máscaras y pretenciones que a la larga se convierte en una zona de insoportabilidad debido a esos tenues colores grises presentes, que parecieron confortables y llevaderos, y allí estuvo la trampa, porque no se quedaron ahí, sino silenciosamente fueron progresando y se apoderaron de ti.
Por supuesto, es bueno tener una vida serena y plácida, pero no hay que confundir serenidad con falta de novedad y desafío en tu vida, allí no importa cuán bien puedas estar económicamente o en un trabajo seguro, la vida deja de ser agradable.
Generalmente actuamos cuando la depresión se ha vuelto una sombra oscura insostenible, pero comenzó en algún lado de una forma leve y fue pasando a moderada antes de progresar a algo complicado, pero es fácil ignorar alarmas hoy en día, tenemos muchos distractores.
Veo a menudo en consulta a personas a quienes pregunto, “¿cuándo comenzaste a notar cambios en ti?” y me hablan de 8 años, 10 años, y así como yo hice en aquel momento, lo empastillaron pensando que necesitaban un químico en el cerebro y continuaron, aunque la situación no cambió, o fueron a uno de los "binges".
Pero el hecho de que apagues alarmas o agregues químicos a tu cerebro, no significa que no estés viajando en un tren del que tienes que bajarte y tomar acciones para reencausar el rumbo.
Sobre la Autora: Doraliz Aranda es una Consejera Psicológica calificada, escribe desde Derby Inglaterra. Este es un extracto de su audiolibro “La Llave para salir de tu prisión mental de estrés, ansiedad o depresión" (escrito desde la perspectiva de una paciente recuperada)" SEGUNDA EDICION, para ayudarte a gestionar mejor tu salud mental en momentos de crisis e incertidumbre.
El audiolibro lo encuentras exclusivamente en Audible.com
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