¿Una mujer lo puede todo?
Trabajar, ser madre, esposa y seguir capacitándose…
Todas enfrentamos esta expectativa abrumadora e inalcanzables del siglo 21.
Si dices que no se puede con todo, podrías ser acusada de improductiva o una mentalidad de antaño.
Pídele a cualquier ser humano que prepare el desayuno, vista a los niños, se pegue una ducha rápido, coma un sándwich a la corrida, los lleve al colegio, se enfrente al tráfico, llegue al trabajo, atienda clientes, haga presentaciones, asista a reuniones, salga del trabajo, asista a clases, vuelva a casa, ayude con la tarea, prepare la cena, lave los cubiertos y se convierta en generoso amante.
Al día siguiente repetir gran parte de la misma rutina.
Alguien se ha preguntado por qué más y más personas estamos con diagnósticos tempranos de enfermedades físicas y mentales serias.
Como bien dijera Francis Scott Fitzgerald "Si Ernest habla con la fuerza del éxito, yo hablo con la autoridad que da el fracaso", porque he intentado ejercer por largo tiempo estos roles a la vez, y he descubierto que no hay manera que el cuerpo aguante.
El rol de esposa ya no lo tengo, a pesar de que he tenido un marido en el pasado que me ha ayudado bastante con las tareas del hogar y ha sido un estupendo padre, pero el vivir muy ocupados afecta el vínculo afectivo.
Ahora soy la principal activista de que ser mujer no significa ser una máquina 4x4 todo el tiempo… es simple, está fuera de nuestra capacidad humana.
Si eres madre y esposa jóven, deseas desarrollar una carrera profesional y tienes ambiciones de crecer, lo cual es bueno, entonces necesitarás de un marido, o más bien, de un "parejo" que trabaje contigo en las tareas del hogar, hombro a hombro y mano a mano, y este parejo esté comprometido también con el logro de tus objetivos. Sin eso, ni lo intentes, te espera trastorno de pánico, ansiedad generalizada, problemas para conciliar sueño, depresión y vivir exhausta desencantada de la vida.
Ahora los expertos de salud mental ya no están enfocándose solamente en el cerebro y la mente, hace un tiempo han dejado esos territorios y se enfocan en las emociones subyacentes, en el medio ambiente donde te desempeñas, la presión cotidiana que experimentas y en el sistema nervioso.
La ansiedad por ejemplo, en sí misma no es mala. La ansiedad nos ayuda a producir cortisol, una hormona de estrés, que a la vez nos permite desempeñar tareas, a responder a un apuro, mantiene el desempeño, ayuda a llegar a la meta, pero luego esa ansiedad debe ir bajando naturalmente, el sistema nervioso debe volver a activar los centros de relajación del sistema parasimpático cuando la tarea se cumple.
Pero hoy en día vamos de una tarea a otra. Si mantienes el estado de excitación por varias horas, aunque sea un solo día, tu cuerpo no va a tener su misma capacidad de relajación, y eso lo notarás a la noche. Si lo extiendes por muchos días, ya es otra historia... y luego piensas que tomando té de manzanilla puede ayudarte a dormir, o un antidepresivo a la mañana puede hacerte sentir mejor.
No, las cosas no funcionan así de simple, el sistema nervioso no se aquieta luego de horas de hipervigilancia ni la sobrecarga se puede sobrellevar con medicación ultramoderna, ¡sobrecarga es sobrecarga!
Necesitas bajar equipaje.
Salud mental no tiene una única respuesta, ni una píldora mágica para que algo te permita dormir, descansar el cuerpo y levantarte con esa cara limpia luego de haber descansado la mente, vas a tener que compartir tareas, aprender a decir “no”, establecer límites a las personas y organizaciones, y aprender a ser un poco egoísta para ponerte a ti en primer lugar.
Salud mental tampoco se resuelve con una única conversación con alguien, tal vez necesitas entender mejor qué está pasando en tu vida, pero darte cuenta tú, "admitirlo", y a pesar de eso puede llevarte tiempo cambiar prioridades, descubrir qué alternativas tienes adelante, pero necesitas ser compasiva, contigo mismo en primer lugar.
Sobre la Autora: Doraliz es Consejera Psicológica, escribe desde Derby-Inglaterra y ha publicado 5 libros sobre salud mental y emocional, entre ellas La Llave con su segunda edición lista en Audible o Puedes visitar www.doralizaranda.com
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